En enero de 2007 publiqué en el semanario motrileño El Faro dos artículos que dos años después - al anunciarse el pacto entre el PSE y el PP vasco- creo que pueden tener interés reeditarlos en el blog.
Sin anestesia, por favor
En Mayo de 2005 las Cortes Españolas, a propuesta del Gobierno, aprobaron una resolución a favor del dialogo con ETA. Para muchos aquella era una estrategia irreal basada en la supuesta buena fe de los etarras y compañía y por tanto con un elevadísimo riesgo de fracaso. Pero era legal y la acatamos democráticamente. Además se nos dijo que este gobierno tenía el derecho a explorar con el dialogo el final de la banda armada anteponiendo el abandono de la violencia a la política. Parecía razonable. Habría que esperar el desarrollo de los acontecimientos. Estos ya los conocemos: tres tíos pegando tiros al aire, extorsión a empresarios, robo de pistolas, zulos con explosivos, ‘kale borroka’…, hasta que el día treinta de diciembre la presunción de la buena fe de los violentos ha estallado por los aires.
Hace tres meses en un escrito que titulé ‘La paradoja de la tolerancia’ cité una frase del filósofo austriaco Karl Popper: “Es imposible tener una discusión racional con un hombre que prefiere dispararme un balazo a ser convencido por mí”. El señor Zapatero ha tenido la fortuna de que los irracionales de ETA no le hayan disparado un balazo en su intento de convencerlos, pero no han corrido la misma suerte las dos vidas humanas sacrificadas por los asesinos en la macabra ceremonia del ‘proceso de paz’. ¿Necesita algo más el presidente de todos los españoles para aplicarse el aforismo del sabio vienés?
El sábado nos sorprendimos cuando Zapatero anunció que se conformaba con suspender el dialogo. El ministro Rubalcaba dijo ayer que lo rompía. Esperemos que sea lo segundo pues amenazar a los terroristas con suspender el dialogo es un castigo para escolares. Que estos chicos de las pistolas y sus batasunos tienen los colmillos retorcidos y han suspendido ya todas las convocatorias. De nada sirven los exámenes extraordinarios, que estos suspenden hasta el recreo porque nunca han estudiado democracia.
Transcurridos unos días desde el atentado de Barajas hemos leído y oído críticas contra la estrategia del ‘proceso de paz’. La mayoría están muy bien razonadas. Quiero destacar la realizada por la eurodiputada socialista Rosa Díez, en el periódico ABC al día siguiente del atentado, por su acertado diagnóstico: “ETA ha cometido este atentado en el mejor de los climas para una organización totalitaria: con los demócratas desunidos y con una parte importante de la sociedad civil bajo los síntomas del cloroformo apaciguador, presa de una potencial cobardía que le lleva a pensar que «otro nos sacará las castañas del fuego»” ; pero no menos por su propuesta final: “A ETA sólo se le puede ganar si se le quiere ganar. Sería la hora de que les hiciéramos saber que todos hemos aprendido la lección. Y que vamos a por ellos. Con unidad, con firmeza y con madurez. Y que vamos a utilizar todos y cada uno de los instrumentos del Estado de Derecho para derrotarlos. Ni uno más; pero ni uno menos”.
Yo, como ciudadano de a pie, comparto literalmente este último párrafo con la valerosa eurodiputada (¿Que ha sido del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo?)
Y, también como parte de la sociedad civil, me niego a que alguien intente anestesiarme con el ‘cloroformo apaciguador’ del que nos advierte Rosa Díez.
Miguel Aguado Hernández
Enero de 2007
Quién me iba a decir
Quién me iba a decir (aprovecho el tirón mediático de Bisbal) que mi escritora de cabecera en el tema del ‘proceso de paz’ iba a ser una vasca que además es socialista. Ya la semana pasada me sorprendió con un artículo publicado en ABC, por su atinado diagnostico de la enfermedad que debilita a la sociedad española: la desunión de los demócratas; su advertencia de las complicaciones que podían surgir por el ‘cloroformo apaciguador’ que usa el gobierno y sus medios afines; y sobre todo por el tratamiento: “…vamos a por ellos. Con unidad, con firmeza y con madurez. Y que vamos a utilizar todos y cada uno de los instrumentos del Estado de Derecho para derrotarlos. Ni uno más; pero ni uno menos”.
Quién me iba a decir que en un nuevo artículo publicado en el mismo medio (9/I/07), Rosa Díez vuelve ha a poner el dedo en la llaga, exponiendo argumentos que cualquier persona sensata suscribiría, aún con el riesgo de ser colocada en la extrema derecha obstaculizadora del ‘proceso de paz’. A saber: exigir claridad al Ejecutivo y al PSOE; pedir con firmeza que las palabras paz, dialogo y acuerdo no se utilicen para engañar; y diferenciar claramente que una cosa es la unidad imposible de todos los partidos(¿quién se imagina al PNV del Pacto de Estella y a ERC del Pacto de Perpignan, aliados con el PP para derrotar a ETA?) y otra, mas deseable, un ‘pacto de Estado’ –aunque al existente se le introduzcan modificaciones si son necesarias- entre los dos principales partidos nacionales y que a él se sumen los que quieran.
Quién me iba a decir que la eurodiputada socialista tiene muy claro quiénes son los culpables, pero también los responsables de la desunión: “El único culpable del terror y del dolor causado es ETA. Pero la responsabilidad de que el Pacto se haya roto en pro de otra estrategia para buscar un «final dialogado» es del Gobierno”.
Quién me iba a decir que esta brava vasca, que sabe distinguir entre debatir democráticamente con sus adversarios políticos de la derecha y juntos plantarle cara a sus paisanos terroristas, sea capaz de cantarle las cuarenta a su Secretario General y Presidente del Gobierno: “No nos vamos a distraer, presidente. El día 15 comparecerá usted en el Congreso de los Diputados. Estaremos atentos. Tiene usted que optar: o el pacto de Estado para derrotar a ETA o el mantenimiento del acuerdo con los nacionalistas para insistir en el final dialogado.”
Pues eso. Quién se lo iba decir, señor presidente, mejor que ella.
Miguel Aguado Hernández
Enero de 2007
Mis felicitaciones a los firmantes del pacto. Pero mucho más efusivas para Rosa Díez que supo mantener su postura aún remando a contracorriente de su propio partido.Y ¿por qué no?, felicitaciones para los miles de españoles a los que el tiempo -meses de desazón y de sordo cabreo al comprobar que Zapatero mantenía el contacto con los terroristas- nos ha dado la razón. De momemto.
Difrutémoslo mientras dure.
Miguel Aguado. 2 de Abril de 2009
jueves, 2 de abril de 2009
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